RESEÑA: LA REVOLUCION DE LOS COMUNEROS


La revuelta de los comuneros

El 16 de marzo de 1781, en la población de Socorro inició una de las sublevaciones más importantes contra el poder virreinal en la historia de la Nueva Granada. El motivo de la protesta eran las nuevas reformas administrativas y económicas implementadas por la corona española, bajo el control de los Borbones. En particular, fue determinante un incremento en los impuestos al tabaco, al aguardiente y los relacionados con salida y entrada de bienes al virreinato, para mejorar el recaudo en general de sus colonias.

La revuelta, iniciada por Manuela Beltrán, pronto se esparció por poblaciones vecinas, y se convirtió en un movimiento armado que llegaría hasta las puertas de la misma Santa Fe. Este movimiento se organizó en una junta, llamada la junta del "común", de la cual saldría el nombre de "comuneros" para los miembros de la revuelta.

Asustado, el Virrey envió a negociar al entonces arzobispo de Santa fe, Antonio Caballero y Góngora, quien lograría un acuerdo con los rebeldes, comprometiéndose a que el gobierno eliminaría la mayoría de los impuestos, a cambio de que detuvieran su avance hacia la capital.

Sin embargo, el gobierno virreinal traicionaría a los comuneros y apenas estos se dispersaron, derogó los acuerdos a los que se había llegado. Los líderes de la revuelta fueron capturados, enviados a prisión, trabajos forzados o ejecutados.

Esta revuelta es de suma importancia en la historia de la Nueva Granada por varias razones. Por un lado, aunque no buscaba ni mucho menos una independencia de España, sí marca un punto de descontento hacia muchas de las reformas económicas llevadas a cabo por los Borbones. Este descontento se terminaría convirtiendo a la postre en una de las causas de la Independencia. Además, la forma en que las autoridades virreinales manejaron la situación creó una gran desconfianza hacia éstas, tanto entre muchos criollos (como Antonio Nariño), como entre buena parte de la población.